viernes, 17 de abril de 2020

"ESCRITORES DE LEYENDA"


En el teatro de la vida aprendí,
que los escritores son inmortales,
sus obras dan vida al tiempo,
y sus almas viven entre nosotros.

En el teatro de la vida aprendí,
que uno sin ellos no es nada,
y que aún reina en cada rincón
la esencia que los encumbró.

En el teatro de la vida aprendí,
que no existe retazo de cielo
ni corazón ardiente de amor,
sin una de sus grandes obras.

En el teatro de la vida aprendí,
que son la panacea de la razón,
el suave murmullo del arroyo,
y el cálido canto del ruiseñor.

En el teatro de la vida aprendí,
que deshojan la flor de las pupilas,
anidan a las puertas del espíritu,
y descifran incontables paradigmas.

En el teatro de la vida aprendí,
que cada uno cumplió su misión,
y que tras el rastro de sus destinos,
se hayan sus mágicos legados.

En el teatro de la vida aprendí,
a embriagarme de sus versos de amor,
elevar sus letras hasta el firmamento,
y dejar volar en mi alma sus palabras.

En el teatro de la vida aprendí,
a suspirar por cada una de sus rimas,
a sumergir los sueños donde habitan,
y al corazón en la tinta de sus sílabas.

© 2025 Oscar Daniel Ferreira Ravelo
Todos los derechos reservados


sábado, 11 de abril de 2020

"CORTINA DE HUMO"


Veo a los gobernantes hablar,
jugar con el destino social,
hacer de todo menos gobernar,
dando la espalda a la verdad.
Los veo enmascarando la realidad,
defendiendo injustificadas causas,
desterrando de la vida, lo primordial,
defendiendo su propio capital.
Así la economía teje sus grandes redes,
sobre todo aquel que se mueve,
dejando sin aliento a la razón de ser,
y con los sentimientos no teniendo piedad.
¿Para cuándo una vida sostenible
para todos los bolsillos,
no solo para la de unos pocos,
esos egoístas de más?
¿Para cuándo un mundo alejado del mal,
donde se premien los buenos sentimientos,
donde el pueblo sea soberano,
y el progreso sea para todos?
Veo a uno cuantos interesados
creando una extensa cortina de humo,
manipulando para ello diversos medios,
disfrazando la mentira de verdad.
¿Para cuándo un poco de corazón
con los pobres que sostienen la sociedad,
y a los que se maltrata sin compasión,
privándoles de  todo derecho universal?
¿A quién se pretende engañar?
¿Porqué tanta ley mordaza,
acaso se teme a las masas?
¿Porqué a decir la verdad
le llaman ser radical?
Está claro que muchos no desean hablar,
pues tienen miedo a decir lo que sienten,
y ahí reside la mayor inseguridad,
el que calla otorga y todo lo soporta.
¿Y dónde están esos que dicen que defienden,
los que tanto supuestamente ayudan,
y llenan una y otra vez su boca
con miles de  palabras vacías?
¿Y dónde están también esos supuestos valientes,
que hablan de puertas para adentro,
y se acobardan a la hora de la verdad,
siguiéndole al sistema la corriente?
¿Y porqué a decir estas palabras
le llaman ser un inadaptado o antisocial,
si solo es ver la vida a través de Dios,
siguiendo sus preceptos de igualdad para todos?
Está claro que se cierne ante nosotros
una sofisticada y extensa cortina de humo,
pero jamás taparán mis ojos,
ni me ocultarán el genuino trasfondo.
No es lo que cuentan para convencer,
si en tanto no cambian los acontecimientos,
si cada vez el mundo va a peor,
y unos tienen lo que le roban a otros.
¿Porqué tanta y tanta ONG,
y luego tantos muriendo de hambre,
acaso no serán el reclamo
de ocultos y lucrativos intereses?
¿Porqué los ricos cada vez lo son más,
y los pobres son más pobres,
si se supone que en la sociedad
todos tenemos cabida por igual?
Está claro, existen ocultas sociedades,
que manipulan la realidad sin piedad,
fingiendo lo que no está escrito,
tejiendo una cortina de humo.

(Gracias a los que ya comprendisteis esto,
vuestro corazón sostiene el mundo)

© 2025 Oscar Daniel Ferreira Ravelo
Todos los derechos reservados




miércoles, 3 de octubre de 2012

“ESPIRITUAL REFLEXION”



Pienso, medito, razono e intento comprender
todo aquello que vivo día tras día,
minuto tras minuto de mi legada vida,
sobre cada misterio que acoge cada sentimiento,
sobre la paradoja del destino que aguarda en silencio.

Pienso, siento, reflexiono a cada instante de inspiración,
sobre el eterno paradigma de la humanidad,
sobre lo mera y lógicamente existencial,
sobre el sutil enigma de lo trascendental,
sobre la esencia del genuino amor.

Pienso sobre cada acontecimiento,
sobre cada suceso que me aconteció,
sobre un pasado que ya pasó
y que ya nunca volverá,
sobre un presente que me reclama.

Pienso que pensar no es suficiente,
que meditar es necesario,
razonar indispensable,
y sentir con el corazón,
el mayor de los milagros.   

La vida y el destino se unen en un solo sendero
cuando un ser vislumbra sus verdaderos sentimientos,
levantando la mirada más allá del horizonte,
recorriendo con ella el esplendor del firmamento,
el rastro cósmico que enciende el universo.

La vida se vuelve vida y la muerte no existe,
ésta no es más que un paso hacia un nuevo estado,
la vida muestra abiertamente sus secretos,
entonces de cada pétalo de flor pende una lágrima caída,
y de cada palabra una celestial corona de espinas.

No deseo embellecer estas frases con sonoras rimas,
ni con un suave aletear de volátiles quimeras,
sino trasladar aquello que se ve incluso con los ojos cerrados,
aquello que cobra vida interiormente,
que desea volar y expandir su propia existencialidad.

No deseo pecar en demasía de escritor y poeta,
e intentar con ello disimular y purgar mi ignorancia,
sino ser fiel a cada sentimiento tal cual aflora,
tal como nace de cada alegre o melancólico momento,
desnudar el alma y el corazón al unísono.

No puedo desear nada en particular
más que compartir puros sentimientos,
saberme internamente comprendido,
que nos podamos ver reflejados en estas y otras palabras,
que de alguna manera mi alma abriga.

No deseo nada más que curar ciertas sentimentales heridas,
bajo el cálido amparo del amor que da la vida,
mostrar lo alegre y triste tal cual,
sin máscaras ni disfraces que oculten la verdad
que a cada paso me sirve de guía.

No deseo más premio que el propio desahogo,
nada más que por un instante arribar al puerto de tus ojos,
compartir contigo los latidos de un corazón,
identificar y clasificar recíprocos sentimientos
que nos trasladen a un paraíso paralelo.

No deseo nada más que desempolvar por completo mi brújula,
contestarme una a una cada existencial pregunta,
descubrir a cada instante el peregrino que llevo dentro,
cultivarme, aprender y compartir lo que aprenda,
purgar mis pecados, y servir para algo satisfactorio y bueno. 

© 2025 Oscar Daniel Ferreira Ravelo
Todos los derechos reservados


martes, 18 de septiembre de 2012

“TRAS LAS HUELLAS DE NUESTROS PROPIOS DESTINOS”



¿Porqué esperar a que acontezcan las cosas por si solas?
¿Porqué esperar sentado lo que nunca ha de llegar?
¿Porqué anclarse a diversas ideas sin aliento?
¿Porqué no elevar la conciencia más allá de los ojos?
¿Porqué no atisbar nuestra auténtica realidad?

Por no querer despertar de un eterno sueño social
que cada vez más aletarga nuestros verdaderos sentimientos,
contradiciéndonos siempre por ello sin fundamento alguno,
y por ser sólo uno más del inmenso rebaño y no por el contrario,
un ser diferente e internamente inteligente.

Dicen que el futuro es una simple ilusión que aún no llegó,
pero ahora yo me pregunto por qué llamarle ilusión,
sí sobre todo nosotros mismos lo creamos mediante nuestros actos,
mediante nuestros propios triunfos y fracasos.
¿Porqué no reconocer de nuestra vida, nuestra propia autoría?

Dudar dicen que es de sabios, siento que no así mismo negar lo evidente,
que el destino puede ser nuestro mejor aliado o peor adversario,
dependiendo del camino que escojamos a cada paso que demos,
de cada una de las decisiones que día tras día adoptemos,
de cada pregunta que nos hagamos y de las internas respuestas que hallemos.

Tras las huellas de nuestros propios destinos vamos pues somos sus autores,
nadie a excepción del creador conoce mejor su obra,
las sendas son recorridas antes incluso de transitarlas,
cada cual es peregrino de su vida lo desee o no,
las decisiones que adoptas hoy serán el reflejo del mañana.

¿Porqué esperar a que acontezcan las cosas por si solas?
¿Porqué esperar sentado lo que nunca ha de llegar?
¿Porqué anclarse a diversas ideas sin aliento?
¿Porqué no elevar la conciencia más allá de los ojos?
¿Porqué no atisbar nuestra auténtica realidad?

¿Para qué hacerse estas preguntas pudiendo vislumbrar las respuestas?
Que todos somos dueños de un espacio de tiempo,
ese que a veces vivimos intensa o magistralmente,
y que en otras ocasiones malogramos por diversas circunstancias.
Caigo en la cuenta de que nosotros mismos escribimos nuestras vidas,
y de que vamos tras los pasos de nuestras propias huellas.

© 2025 Oscar Daniel Ferreira Ravelo
Todos los derechos reservados


lunes, 20 de agosto de 2012

“ALREDEDOR CASI NADA ES REAL”


Alrededor casi nada es real,
miradas ruines que acechan a la honradez,
falsas apariencias por fingir lo que no es
o aparentar lo que no hay.

Alrededor casi nada es real,
la vida vilmente enmascarada
por cierta interesada parte social,
que trunca día a día lo genuinamente vital.

Alrededor casi nada es real,
unos mienten por interés y otros por pura cobardía,
mientras algunos perjudicados a menudo contienen su verdad
por no perturbar el honor que acompaña sus vidas.

Alrededor casi nada es real,
prosigue imparable y eterna cierta contienda,
unos batallan contra otros anhelando ganar
aquello que bajo pecado no hallará jamás enmienda.

Alrededor casi nada es real,
la mayoría de la sociedad se vuelve camaleón
que muta una y otra vez su apariencia,
pero no por desgracia el corazón.

Alrededor casi nada es real,
dicen hacer lo que no hacen,
ser lo que no son ni nunca serán,
y saber cuándo nada bueno ni consistente saben.

Alrededor casi nada es real,
los ojos no pueden ver lo que siente el alma,
la vida no es vida sin la genuina verdad,
nada es real sin el aliento que da la calma.

Alrededor casi nada es real,
pero si lo es lo que va por dentro,
eso nadie se lo puede a sí mismo ocultar,
y por ello descansará en paz o con su conciencia cargará.

© 2025 Oscar Daniel Ferreira Ravelo
Todos los derechos reservados


martes, 3 de julio de 2012

“DIVINA RESPUESTA UNIVERSAL”


Preguntas, incógnitas e incertidumbres
surcan una a una cada neurona,
el universo de cada minúscula célula,
el epicentro de cada uno de mis versos.

Quizás pueda madurar y aprender,
quizás pueda cultivar más y más mi alma,
quizás pueda navegar por la vida
con las velas de la libertad extendidas.

Quizás entienda que el final sea el principio,
que seamos semillas esparcidas al viento,
pétalos de amapolas y rosas tiñendo el cielo,
suspiros de amor tras cada encendido beso.

Quizás me mueva al son de un ritmo viejo o nuevo
según como gire de pronto la rueda de la comprensión,
quizás mi mundo transite alrededor de cada palabra
que resuene bien hondo en mi corazón.

Quizás mis ideales ciñan día y noche a mi pecho
una corona de claveles y una cruz de coral,
quizás a menudo mis ilusiones digan por un instante adiós,
quizás cada vertida lágrima de vida a una renacida esperanza.

Quizás suela olvidar que soy un ser más
y juegue una y otra vez a soñar despierto,
quizás la realidad me sea infiel a veces,
quizás ceda demasiado ante la artística tentación.

Quizás mi vida sea una rocambolesca senda
por donde desfilen de la mano alma y cerebro,
quizás mis primaveras se vuelvan inviernos
sino van implícitas en un ramillete de besos.   

Quizás una sola idea albergue un sinfín de ellas,
quizás cada sílaba pueda casar letras dispares,
cada frase palabras de diferentes etnias,
y cada verso, abanicos de sensaciones y colores.

Quizás ya comprenda que mi propio cuerpo no sea yo,
que mi yo auténtico se halle dentro,
que este sea el eslabón entre dos vidas,
y que él me descifre realmente como y quien soy.

Quizás pese a todo aún desconozca un sinfín de respuestas,
pero qué más da si me basta con un par de palabras
para comprimirlas todas y entender lo genuinamente esencial,
que amor y paz, conforman la única y dichosa senda hacia Dios.

© 2025 Oscar Daniel Ferreira Ravelo

Todos los derechos reservados


domingo, 24 de junio de 2012

“ESPIRITUALMENTE VE, OYE Y HABLA”


El amor no es ciego,
ciegas son las personas ante el amor
por a menudo no saber internamente verlo,
al darle la espalda a causa de malos actos.

El amor no es sordo,
sordas son las personas ante el amor
por desoír con frecuencia su genuina llamada,
desatendiendo con ello al corazón que los reclama.

El amor no es mudo,
mudas son las personas ante el amor
por constantemente no ser sinceras
y expresar abiertamente sus sentimientos.

El amor no es ciego,
ni sordo ni mudo,
pues él clama al mismísimo cielo
por una humanidad que cada vez más, lo rechaza. 

© 2025 Oscar Daniel Ferreira Ravelo

Todos los derechos reservados


jueves, 26 de abril de 2012

“YO, TU BIEN”




Soy la luz que ilumina el universo,
el manantial de vida que emana de lo eterno,
la energía cósmica de la divina creación,
la fuerza motriz del verdadero amor.
Soy la senda de la pacífica justicia,
de la cumbre del reconfortante perdón,
soy la genuina palabra hecha obra,
la resurrección de las almas tras mi crucifixión.
Soy fraternal remanso de paz,
la sabia del espiritual conocimiento,
la causa y el motivo de la incomparable inspiración,
la cúspide de todo buen sentimiento.
Soy tu divino padre, tu mejor amigo,
tu inseparable y buen compañero,
tu guía de luz entre incertidumbres y desdichas,
tu mayor y fiel consejero.
Soy principio y fin de cada lágrima,
el dócil rastro del llanto que desahoga,
el amoroso y cálido consuelo,
la apoteósica inmensidad de todo horizonte y firmamento.
Soy en la vida, divina providencia,
respuesta a los misterios del destino,
esencia de celestial sabiduría,
la gloria de la humildad, de mis designios.
Soy refugio de amor contra el mal,
descanso de paz ante la adversidad,
la auténtica virtud de la libertad,
la llave de la espiritual felicidad.
Soy tu universo en expansión,
la belleza y magnificencia de tu paraíso terrenal,
la loable razón de tu ilusión,
la buena voz de tu conciencia y de tu comprensión.
Soy tu punto de partida y tu radiante meta,
tu genuina razón de ser,
la senda de tu cultivador y vital peregrinaje,
la fuente de todo tu buen saber.
Soy el infinito y lo eterno,
el que todo lo sabe, lo puede y lo ve,
el siempre omnipresente,
el verdadero amor de tu alma y de tu corazón.
Soy tu creador, divino padre,
tu mejor amigo y compañero,
fiel y mayor consejero del alma,
único salvador y redentor.
Soy la gloria de la humildad,
del amor, la paz, el respeto y el perdón,
tú me conoces bien o has oído hablar de mí,
mi nombre es Jesucristo, mi nombre es Dios.

© 2025 Oscar Daniel Ferreira Ravelo

Todos los derechos reservados

viernes, 10 de febrero de 2012

“MUTACIÓN SENTIMENTAL Y PERCEPTIVA”



Esta es mi humilde aportación con todo el cariño,
acerca de nuestra, a menudo incomprendida y mal empleada percepción.
Echando la vista atrás, ahora por fin me percato,
de ciertos hechos que en su momento
por mi mente pasaron inadvertidos.
De no haber sido así, los acontecimientos hubiesen sido otros,
y muchas de las vivencias jamás hubieran existido.
Y he aquí el dilema que en un principio,
mi mente en forma de balanza representa.
Así por un lado, la dicha se concentra,
y por el contrario en el otro, la ingrata desdicha.
Cabe decir que del lado bueno,
esos recuerdos de alegría, satisfacción, aventura, puro gozo interno…
Todos estos momentos del pasado,
dejan una huella en el recuerdo imborrable.
Y a esa huella por desgracia casi siempre,
solemos acudir poco.
Quizás se deba, a que caigamos en la desidia mental
e irracional del ser humano.
Y qué decir del otro lado de la espiritual balanza,
la del lado malo, o quizás no tanto.
Recuerdos de dolor, incluso abarcando el sufrimiento.
Recuerdos que marcan su terreno
y dejan una honda huella en nosotros.
Llegando aquí me hago ciertas preguntas:
¿Porqué afligirse recordándolos continuamente?
¿Porqué anclarse en ellos, cuando estos ya pasaron?
¿Porqué permitir que esos recuerdos
nos embarguen nuestra fuerza, esperanza, e ilusión por vivir?
¿No sería mejor aprender de ellos,
extrayendo toda buena, instructiva, necesaria, y vital lección?
En este punto haré el mayor inciso,
pues siento que aquí radica la clave
de una vida más saludable y estable.
Creo firmemente que los momentos buenos del pasado son importantes,
y que de vez en cuando resulta bueno recordarlos,
pues son una parte que nos hace vibrar de gozosa emoción,
pero también creo, que los momentos malos lo son también,
pues es posible aprender de los tropiezos,
e incluso de los fallos propios y ajenos.
Si no nos anclamos en ellos, finalmente llegaremos a buen puerto.
Todo en esta vida posee un porqué,
todo tiene una oportuna explicación.
Otra cosa es que nuestro cociente intelectual y nuestra espiritualidad,
nos permitan darle una explicación correcta y acertada,
o por contra una incorrecta y desacertada.
De ser para bien, extraeremos buen balance,
y por el contrario, nos lamentaremos siempre,
ahogándonos en nuestras propias penas.
Ahondando en esos momentos de desdicha,
reflexionando bien acerca de ellos,
involucrándose profundamente buscando respuesta a cada porqué,
se puede hallar la verdad de cada suceso,
y extraer varias lecciones de cada uno  de ellos.
Nadie es perfecto, nadie es del todo correcto,
por ello toda persona posee el derecho a equivocarse.
Así ha sido y seguirá siendo siempre,
aunque todo dependa del grado de equivocación.
Debemos aprender de los errores propios
para no volver a cometerlos,
y de los ajenos para aprender a reconocerlos a tiempo,
y por lo tanto prevenirlos y posteriormente evitarlos.
Todo lo malo que nos suele suceder,
se debe siempre a desengaños sentimentales,
producidos por traiciones, perdidas, abusos, ect.
¿Porqué sufrir recordando tan amargos y crueles sucesos?
¿No sería mejor ocupar su lugar con positivos pensamientos?
Solemos caer en la desidia,
de empañar el espejo de los buenos recuerdos
con una cortina de sufrimiento.
Tapamos lo bueno con lo malo.
Por nuestro bien, no debería de ser así.
Aprendamos por el contrario,
a destapar el frasco de esos buenos sucesos,
y de los buenos sentimientos.
Que de lo malo aprendamos,
y que luego en el pasado lo dejemos,
para continuar nuestro sendero,
nuestro peregrino transitar,
siendo mejores personas de lo que nunca fuimos,
habiéndonos curtido finalmente,
y llevándonos con nosotros lo bueno de nuestro pasado,
para que de vez en cuando nos haga esbozar una sonrisa.
Dicen que todo lo malo posee algo bueno,
y al revés lo contrario.
Esa es la verdad de la vida,
aunque a menudo nos cueste reconocerla.
No nos obcequemos con baldíos sentimientos,
de tristeza, apatía, rencor u odio,
hacia algo que ya pasó.
Dejémoslo estar.
Sigamos nuestro camino con la claridad mental suficiente,
como para reconocer que todo en esta vida
posee su particular lección,
y que de cada una de estas,
si se desea fervientemente,
se puede salir reforzado,
sobre todo espiritualmente.
Disfrutemos de lo bueno que nos brinde el presente,
sin pensar en nada más.
Perdonémonos nuestros pequeños pecados,
no nos lastimemos más con ellos,
y en caso de haber incurrido en otros mayores,
pidamos perdón por los mismos,
y no los volvamos a cometer.
Y también perdonemos a los que en algún momento
nos infringieron mal alguno.
Esas personas ya padecen su particular e interno calvario,
y en realidad no ganamos nada con reprocharles sus fallos.
Ya viven y batallan espiritualmente consigo mismas.
Nosotros no poseemos el derecho de juzgar a nadie,
pues en tal caso, primero tendríamos que juzgarnos a nosotros mismos.
Pidamos perdón, perdonemos, pasemos página,
y seamos mejores personas.
Preocupémonos más de mirar con buenos ojos el presente,
en vez de nublar nuestra vida con retazos de un pasado,
que ya pasó, y en el cual por mucho que pensemos en él,
ya nada cambiará.
Todo lo que ocurrió y ocurre, tiene que ocurrir.
La vida es así, siempre sigue su peregrino y vital transcurrir.
Extraigamos a cada pregunta que se nos plantee en nuestra vida,
acerca de nuestro pasado, nuestro presente y futuro,
una respuesta correcta y acertada.
Para ello liberémonos primero,
de baldías cargas espirituales.
Cerremos los ojos, reflexionemos en silencio,
y en medio de la calma y de la fe,
hallaremos nuestra paz y estabilidad emocional.
Esta es mi humilde aportación con todo el cariño,
acerca de nuestra, a menudo incomprendida y mal empleada percepción.

© 2025 Oscar Daniel Ferreira Ravelo
Todos los derechos reservados


domingo, 4 de diciembre de 2011

"NÓMADAS PALABRAS"



Eran nómadas las palabras
antes de hallar su oasis,
en cada una de esas hojas brancas
que ahora despliegan un arcoíris…

Eran nómadas antes de susurrar
cada secreto oculto durante tiempo,
por cada sutil letra que osaba ostentar
la mágica esencia de cada sentimiento…

Eran nómadas por parajes desiertos
repletos de errante soledad,
anhelando mostrar sus conocimientos
y volver sus deseos realidad…

Eran nómadas en fugaces sueños
deambulando a través del cosmos,
eran nómadas en viajes eternos
añorando arribar por fin al puerto de tus ojos…

© 2025 Oscar Daniel Ferreira Ravelo
Todos los derechos reservados

sábado, 5 de noviembre de 2011

"PERCEPCIONES Y CONSEJOS VITALES"



Dime en que piensas
cuando tu vida se desmorona,
dime que es lo que sientes
cuando lo que deseas, logras…

Cuéntame esa tu historia,
esa que día a día obras,
esa que cuente tus alegrías,
y también por qué no, tus penas más lastimosas…

Deshoja todas las rosas
del jardín de tus sentimientos,
alza la mirada al cielo,
y echa a volar bien alto todos los resultantes pétalos…

Detén por un momento tu tiempo,
divisa el horizonte de tu corazón,
allí luce el resplandor de un firmamento
cual fiel reflejo de tus sueños y toda tu ilusión…

Eres la creación de tu creación,
tú decides tu propio sendero,
tú moldeas destino y futuro,
tú regentas tu propio universo…

No vale vivir de recuerdos,
ni compadecerse por amargos sucesos,
solo vale alimentar con voluntad los sueños
para que luego se vuelvan reales y ciertos…

Despierta de ese inconsciente letargo
que mantiene tu genuina percepción dormida,
presta especial atención a cada recado
que tu vida pálpito a pálpito te envía…

No dejes nunca nada de lado,
congratúlate por todo lo bueno y lo malo,
pues todo enseña, nutre y curte,
pues todo logro, fracaso, virtud, defecto y error es necesario.

Para progresar en la vida
y sentir nuestra propia esencia,
abemos de cruzar día a día
un laberinto de emociones con diversas apariencias…

Hasta la tristeza posee consuelo,
el de un abrazo a tiempo,
el de un beso tierno,
el paradisiaco antídoto de saberse comprendido…

Dicen que todo lo malo
siempre trae implícito algo bueno,
y al revés lo contrario,
siendo así que dicha y desdicha vayan de la mano.

No desesperes nunca ante lo adverso,
solo es un resbaladizo peldaño,
mantén el tipo, el equilibrio, mantente atento,
en las escaleras que conducen a tu particular cielo…

Te puedo asegurar que todo se supera
si pones la suficiente voluntad y empeño,
si ahondas bien en ti, buscas consuelo,
y dejas con ello atrás cada amargo recuerdo.

Levanta la mirada hacia cotas más altas,
tú vales mucho más de lo que piensas,
no permitas que nada ni nadie
jamás sepulte tu propia confianza.

Existen personas que por simple envidia
y por no ser felices,
intentarán infringirte daños psicológicos
bajo la guadaña de toda mezquina y malvada argucia…

No les guardes rencor sino lástima,
y aprende de lo vivido,
esas personas están perdidas y acabadas,
tú por lo contrario no, estás bien vivo…

Intenta remontar el vuelo una y otra vez
hasta que despliegues por entero tus alas,
verás la vida desde otra perspectiva
cuando por fin así lo hagas…

Todo se divisa y observa mejor
con las alas bien abiertas,
con la certeza de creer en uno mismo,
y de saber que tu actitud es la correcta.

Sobrevuela gozando nuevos horizontes,
y siéntete a gusto entre las estrellas
del firmamento de tus renovadas emociones,
puesto que tú eres el ángel custodio de todas ellas.

Desempolva tu gran corazón,
sácale lustre con mucho amor,
y muéstraselo al mundo sin pudor,
desnudando tu sentir bajo el halo de tu vital resurrección…

Así llegarás lejos, porque tú lo vales,
te diré que nunca es tarde,
imposible y nunca ya no existen en tu vocabulario,
pues siempre tras el ocaso, amanece temprano.

© 2025 Oscar Daniel Ferreira Ravelo
Todos los derechos reservados

"ESCRITORES DE LEYENDA"

En el teatro de la vida aprendí, que los escritores son inmortales, sus obras dan vida al tiempo, y sus almas viven entre nosotros. ...